1. Mayor rapidez en trayectos regionales
El transporte terrestre permite tiempos de tránsito más cortos en distancias nacionales o europeas, superando al marítimo y evitando esperas del aéreo.
2. Flexibilidad de horarios y rutas
Los camiones pueden adaptarse a rutas específicas, hacer entregas en horarios concretos y modificar el itinerario ante cualquier imprevisto.
3. Cobertura directa hasta el destino
A diferencia de otros modos, la carretera ofrece entrega puerta a puerta sin transbordos, ideal para zonas rurales o polígonos industriales.
4. Costes más accesibles
Frente al coste elevado del transporte aéreo y los recargos portuarios del marítimo, el terrestre se mantiene como una opción rentable.
5. Facilidad para transportar cualquier tipo de carga
Desde productos perecederos hasta mercancías peligrosas o sobredimensionadas, existen vehículos adaptados a cada necesidad logística.
6. Mejor trazabilidad y control
Gracias a los sistemas de geolocalización, las empresas pueden hacer seguimiento en tiempo real del estado y ubicación del envío.
7. Menor impacto en la cadena logística
El transporte por carretera reduce pasos intermedios, acortando tiempos de gestión, manipulación y riesgo de errores logísticos.
8. Mayor disponibilidad y frecuencia
Existe una amplia oferta de empresas y vehículos, lo que permite realizar envíos con alta frecuencia sin grandes plazos de espera.
9. Posibilidad de servicios urgentes o personalizados
Las entregas exprés, cargas completas exclusivas o transportes en horas concretas solo son viables por carretera.
10. Ideal para la última milla
El reparto final hasta el cliente (última milla) depende casi exclusivamente del transporte terrestre, especialmente en comercio electrónico.